lunes, 11 de julio de 2016

MONSTRUOS DETRÁS DEL ARMARIO

Esta noche
cuando el calor arropaba la ciudad dormida,
me he levantado
de puntillas
sin hacer ruido
sin poder dormir.

Había un enjambre de monstruos
colándose entre mis ojos;
zurciendo una red que lo pescaba todo
menos los sueños.
Y volaban,
atravesando la habitación,
cruzando la ventana,
ululando palabras indescifrables
que no decían nada.
 
Me has descubierto
escondida en una grieta de la persiana,
espantando las nubes
que sólo me llovían a mí.
Y mientras me abrazabas,
sosegando un latido descontrolado,
me has mirado
y me has aclarado la vista por fin.
 
No eran monstruos lo que volaba;
eran pájaros de colores
que piaban entre las flores
que solamente veíamos tú y yo.

 
Cuando me preguntas qué haces por mí,
ése es el sentido último de todo.
Has convertido mis demonios
en pájaros salvajes.
Has abierto la jaula
entre mis ojos,
y les has convencido de su libertad.

Y ahora
hasta el peor monstruo se esconde detrás del armario
cuando les ve llegar.

__________
El suspiro rojo de los atardeceres.

 

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