pero nunca estallas.
Subes tan arriba
que el mundo te pierde la pista
y se cansa de esperar
y sólo yo te sigo buscando.
Porque sé
que en algún momento
volverás a por mí.
Y entonces,
cuando la fiesta haya terminadoy todos se vayan a casa,
vendrás de nuevo
y me brillarás la noche.
Déjame ciega,
si quieres.Lléname tanto de luz
que la oscuridad se perpetúe en el olvido.
Y dime que lo que pido
es real.
Que estarás cuando se apaguen los focos
y el sol cambie de mundo.
Que podré seguirte mirando
cuando tenga miedo
y me quede sin rumbo.
Que te harás estrella del norte
para que no me pierda.
Dime que esta noche te quedas.
Que firmamos un pacto de no agresión con las estrellaspara que entiendan,
sin rencores,
que hoy
juntas
nosotras brillaremos más.
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El suspiro rojo de los atardeceres.
Fotografía de Maria M. H.
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