martes, 28 de junio de 2016

ESTACIÓN ZOOLÓGICO

Si nos llegan a decir
que la vida sería esto,
la mitad se hubiera quedado esperando
en el punto de salida.
 
Yo he aprendido a ver el mundo desde lejos,
y salirme de perspectiva
para colarme en otro paisaje.
Y así es como el camino a la oficina
se convierte en un desfile improvisado
de trenes
y luces
y sonrisas tan dormidas
como yo.
 
Y ando,
entre los andenes y la gente,
entre los pitidos y los empujones
de quienes corren
casi por protocolo.

Y me dejo cruzar por la marabunta,
pero les miro desde lejos.
Todos andan con los sueños cojos
y las mariposas dormidas.
Y yo en cambio
tengo un zoológico
en la barriga
a punto de echar a volar.
 
Me resbalan las tristezas
y me empapa la felicidad.
Río porque sí,
y ¿por qué no?
 
También pierdo trenes,
pero el más importante lo agarré a tiempo.
Y ese nunca se va del andén sin mí.

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Lo que se pierde en bolsillos agujereados.


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