miércoles, 27 de abril de 2016

MEMORIAS DE UNA DESERTORA

Me rendí a tus labios antes de verte,
y ya era su rehén cuando pude besarlos.
Fui la soldado que traiciona a su reino
antes si quiera de haber disparado.

Me vi ondeando tus banderas,
y ni todas las lunas llenas
habrían sido mejor faro
que tus ojos.

Aquí me ves,
siendo pirata y oficial de tus costas.
Solamente para asegurar que nadie
las cruce sin permiso.

Gobernando tormentas en alta mar,
en una barca sin remos,
mientras el mundo grita que vuelva
y yo solamente me voy más lejos.

Cruzando el cielo a vela,
coleccionando las mejores flores
                de cada primavera.
Y arrancándolas con las raíces
tan tímidas como serenas,
para que algún día vuelvan a brotar
en los jardines de tu memoria.

Enjaulando los miedos,
y las nubes,
y toda la soledad
que ha nacido de tu exilio
y que mueve el cielo de tu boca.

Renegando de cualquier cometido,
de cualquier orden que no sea tuya.
Dispuesta a cualquier locura
por una noche más.

Mi niña, de ojos tan inalcanzables como el cielo.
de labios tan suaves como el aleteo de una mariposa.
La misma que bate las alas aquí,
y provoca un tornado en la otra punta del mundo.

Cuidaría las estrellas cada noche
solamente para verlas volar en tus sueños,
y que con mirarme me dibujes su brillo
una vez más.

 __________
Las gaviotas eran las ladronas.
          La mujer súbita.


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