miércoles, 16 de noviembre de 2016

VOY A BEBERME LAS CALLES (A TU SALUD)

No me esperes más,
entre la herida de ayer
y la que viene hoy.
En esta cárcel donde la piel
se hace barrote,
donde todas las ventanas
pierden el norte
y no hay pájaros en el alféizar
que canten de madrugada.

No me esperes,
en el hueco que dejas
cuando te marchas;
entre tus golpes
y mis lágrimas,
y mis ojos color triste.

Hoy me miré al espejo,
con el cuerpo frío
y la sangre caliente;
contando arrugas en la frente
y todas hablaban mal de ti.
Me despedí,
de tus manos asesinas
que quieren
cuando lastiman,
de tu amor enfermizo
y de tus días nublados.

Mis cicatrices se han rebelado,
escupen tu nombre
y se cosen con los golpes
que nunca dejaste de dar.
Tienen fuerza para sembrar
flores en el desierto.

Hoy podría haber muerto,
y sin embargo me beberé las calles.
Cantaré desafinada,
me quitaré el veneno de dentro.
Y tu único recuerdo,
de mí,
será el de ese golpe certero
que tantas veces temí,
y que nunca llegaste a darme. 

__________
Lo que se pierde en bolsillos agujereados.

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